de Illán Por El Mundo, el Martes, 01 de marzo de 2011
En los primeros días de la colonización europea en México, criptojudíos conversos tanto de España como de Portugal llegaron al puerto mexicano de Veracruz y de ahí a la Ciudad de México (el revitalizado Tenochtitlán) Entre ellos familias judías apellidadas Illán e Illanes. En las colonias españolas existía un ambiente más relajado en lo concerniente a la Inquisición.
Muchos de los inmigrantes de Portugal eran judíos que anteriormente habían inmigrado a Portugal por causa de la expulsión judía de España de 1492. Sin embargo, un decreto similar pero posterior en Portugal fue hecho público en 1497, por lo cual muchos niños judíos fueron eficazmente convertidos, teniéndolos bajo la tutela del estado a menos que los padres también se convirtieran. Por lo tanto, numerosos emigrantes criptojudíos en las primeros días de la colonización mexicana eran técnicamente portugueses de primera a segunda generación con raíces españolas.
El número de tales emigrantes portugueses era suficientemente importante como para que la etiqueta de "Portugués" fuera sinónimo de "Judío" en todas las colonias españolas.
La inmigración a México ofreció posibilidades comerciales lucrativas en una colonia ya bien asentada con la cultura española naciente, contrapesada por una población grande no cristiana. Fue premeditada y planeada en gran parte que las actividades de la Inquisición serían más relajadas en las colonias, dado que los asentamientos humanos eran constituidos de forma predominantemente por gente indígena no cristiana.
Era tan grande el número de criptojudíos que arribaban a México durante el siglo XVI que funcionarios españoles se quejaron en documentos escritos enviados a España, de que la sociedad española en México era en forma preponderante judía. Los funcionarios encontraron y clausuraron sinagogas clandestinas en la Ciudad de México. Ya en este punto, los administradores de las colonias instituyeron la ley de la "Pureza de Sangre", que prohibía la migración a México de los Nuevos Cristianos, es decir, cualquier persona que no podía demostrar ser antiguo en el cristianismo, por lo menos durante las tres últimas generaciones.
Durante esos tiempos fue instituida formalmente la Inquisición mexicana para asegurar la ortodoxia de todos los emigrantes en México. La inquisición de México también fue desplegada de la manera tradicional para asegurar la ortodoxia de la población indígena nativa ya "convertida". Los primeros quemados en la hoguera o "auto de Fe" por la Inquisición Mexicana fueron en gran parte los indígenas convertidos condenados por herejía o los criptojudíos condenados por la recaída en su fe ancestral o prácticas poco ortodoxas relativas a costumbres judías.
Excepto en la provincia de Nuevo León, y en Jalisco en el Occidente del país, la migración de criptojudíos "convertidos" de los primeros días de la colonia a México no continuó después de la imbatible ley de la "Pureza de Sangre".
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