SABÍAS QUÉ...? APELLIDOS HISPANOS DE ORIGEN JUDÍO SEFARDITA COMO EL APELLIDO ILLÁN
de Illán Por El Mundo, el Viernes, 25 de febrero de 2011
Sobre los Apellidos Hispanos de Origen Judío Sefardita
Los
sefardíes son los descendientes de los judíos que vivieron en la
Península Ibérica (España y Portugal) hasta 1492, y que están ligados a
la cultura hispánica mediante la lengua y la tradición. La palabra
“sefardí” es una derivativa de la palabra en hebreo ספרדים que significa
España, “Sefarad”. Se dice que la palabra Sefarad significa Lejísimos.
Ha
quedado demostrado por la Historia, que el pueblo judío ya estaba en la
Península Ibérica allá por el siglo 1º D.C., y que se extendió por toda
España y Portugal. No se conoce la fecha exacta en que las primeras
comunidades judías se instalaron en Hispania. En la Epístola a los
romanos, Pablo de Tarso manifiesta su intención de ir a Hispania a
predicar el evangelio (Romanos 15:24-28), lo cual podría ser un indicio
de que existían entonces allí comunidades judías.
Se
calcula que en la actualidad, la comunidad sefardí alcanza los dos
millones de integrantes, la mayor parte de ellos residentes en Israel,
Francia, Estados Unidos y Turquía. También a México y Sudamérica,
principalmente a Argentina y Chile, llegaron judíos sefardíes que
acompañaron a los conquistadores españoles y portugueses y así escaparon
de las persecuciones en España.
Los judíos
desarrollaron prósperas comunidades en la mayor parte de las ciudades
españolas. Destacan las comunidades de las ciudades de Toledo, Burgos,
Sevilla, Córdoba, Jaén, Ávila, Granada, León, Segovia, Soria y
Calahorra. En la Corona de Aragón, las comunidades (o Calls) de
Zaragoza, Gerona, Barcelona, Tarragona, Valencia, Vitoria y Palma de
Mallorca se encuentran entre las más prominentes. Algunas poblaciones,
como Lucena, Hervás, Ribadavia, Ocaña y Guadalajara, estaban habitadas
principalmente por judíos. De hecho, Lucena estuvo habitada
exclusivamente por judíos durante siglos en la Edad Media.
En
Portugal, de donde muchas ilustres familias sefardíes son originarias,
se desarrollaron comunidades activas en las ciudades de Lisboa, Évora,
Beja y en la región de Trás-os-Montes.
Expulsión de los judíos de España
La
Reconquista paulatina de la Península Ibérica por parte de los Reinos
Cristianos propició, de nueva cuenta, un ambiente de tensión con
relación a los judíos, que siguieron desarrollando la mayoría de las
actividades financieras. La situación resultó muy provechosa, para
algunas familias inclusive, ya que alcanzaron prestigio y favor a los
ojos de los reyes cristianos, conservando sus antiguos privilegios. Es
interesante recalcar el hecho de que la Corona de Aragón protegió a
muchas familias hebreas durante los años de la Reconquista, mientras que
numerosas familias nobles catalanas y aragonesas emparentaron con
frecuencia con los judíos, con el fin de incrementar fortunas o condonar
deudas con sus acreedores hebreos.
El proceso de la
Reconquista implicaba la uniformidad religiosa para poder asegurar una
verdadera unidad política y social. La unidad política, mediante el
matrimonio de los Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel I de
Castilla, llevó a la solicitud del establecimiento en España del
Tribunal del Santo Oficio, mejor conocido como la Inquisición. En el año
de 1478, el Papa Sixto V aprobó su establecimiento en la Península
Ibérica y en sus posesiones del Mediterráneo. Como primer Inquisidor
General, se nombró al dominico Tomás de Torquemada, confesor personal de
la reina de Castilla y hombre fundamental en la expulsión de los judíos
de España.
Tras la toma de la ciudad de Granada, en
manos del caudillo moro Boabdil, en 1492, se firma el Edicto de la
Alhambra en el que se pide, o la conversión de los judíos españoles al
cristianismo, o su salida definitiva del territorio en un plazo de tres
meses. Famosa es la intervención de un judío ilustrísimo y de familia
noble, tesorero personal de los Reyes Católicos, Don Isaac Abravanel,
quien les solicitó la reconsideración de tal disposición. Los Reyes
Católicos ofrecieron a Abravanel y a su familia garantías y protección.
Sin embargo, salió junto con sus compatriotas al exilio. Abravanel se
cuenta hoy entre los nombres de quienes gestionaron el apoyo financiero a
la expedición de Cristóbal Colón.
Los sefardíes se
repartieron entonces por varios países. Algunos se establecieron en el
sur de Francia, en las ciudades de Bayona y San Juan de Luz. Otros
fueron a Portugal primero, de donde no fueron expulsados, sino
convertidos al cristianismo, a diferencia de los que habitaban en las
coronas españolas, dirigiéndose una proporción de hebreos a países como
Holanda y las ciudades hanseáticas del norte de Alemania, como Bremen o
Hamburgo. Algunos más se esparcieron en los reinos moros de Marruecos o
incluso Siria, mientras que una pequeña fracción de ellos se
establecieron en países como Dinamarca, Suiza o Italia. Muchos sefardíes
permanecieron en España bajo una supuesta apariencia cristiana
(marranos) y posteriormente se trasladaron a algunas islas del Caribe o
incluso a Brasil, Perú y México, donde muchos de ellos participaron en
las campañas conquistadoras y expansionistas de España y Portugal.
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